EL HOMBRE CASADO CON UNA SAMURA


Publicado por:

Aldair Guarupe

domingo, 27 de febrero de 2022


Era un muchacho que vio una samura que estaba subida en un árbol y le dijo: ‘’si usted fuera una mujer yo me hubiera casado contigo’’. En la tarde el muchacho se fue a bañar al caño, y ya lo estaba esperando una muchacha negrita, bien delgadita, bonita ella, y le dijo al muchacho: “usted por lo que le dijo a la samura, por eso yo estoy aquí para casarme contigo’’. El muchacho la recibió, fue donde la mamá a contarle, que se había encontrado una muchacha que dijo que venía de lejos, del lado de abajo. El hombre se casó, paró casa, tumbó y sembró conuco.

Un día la mujer lo convidó a agarrar pescado para donde la familia que iban a chinchorrear, y se fueron a coger pescado, pero se decía entre si ‘’yo no había visto aquí esta laguna, solo había visto una vaca muerta con gusanos y estaba picha’’; era que los animales la habían transformado en pescado. Al llegar habían cantidades de mujeres negritas, todas parecidas. Llegó la mujer de él y se metió en el burdel y se perdió. El no se puso a agarrar pescado sino que quedó envilecido buscando para donde se le había ido la mujer. Esos hombres y mujeres negritas agarraban pescado en cantidad. Al terminar los otras muchachas se burlaban de él y le decían: “se perdió de su mujer porque todas somos parecidas’’. Cuando volvió a ver su mujer a ésta le dio risa con él, y le dijo: “listo vámonos”. Se fueron, pero el muchacho sospechaba algo. Miraba hacia atrás y las otras mujeres permanecían todavía en el lugar. Cuando tantico se había adelantado, volvió la mirada y sólo habían samuros que se iban volando.

Al llegar a la casa de la mamá le dijo que había visto mucha gente negrita y le pregunto que ¿de donde será esa gente?. Seguidamente le dio pescado a la madre, a lo que ella respondió: “¡yo no se!”. De pronto sean pura gente negra y así… Un día la muchacha le dijo al muchacho: “mi familia van a hacer fiesta, ¿usted va ir?”. Se fueron, pero la fiesta no era en esta tierra, era en el mundo de los samuros. Entonces los samuros le hicieron alas y lo prepararon hasta que el muchacho pudo volar y se fue con ellos. Al llegar allá se transformaron en personas otra vez.

Ellos tenían guarapo fermentado en un pozuelo, y le dijeron al muchacho: “reparta usted el guarapo”, lo mando el suegro, pero no baya a raspar el fondo del pozuelo sino solamente por encimita. El muchacho estaba malicioso a la segunda vez. Se metió y levantó para ver que era, y resultó ser “un pie con una pierna de un hombre muerto’’. El repartió esa última ronda y se hizo el borracho y afirmo: “no quiero tomar más porque me emborrache’’. Empezó a vomitar no de la borrachera sino por lo que vio.

El suegro le decía: “usted será que raspo el pozuelo, por eso no quiere tomar mas’’. “No, no, ya me emborraché”. Al otro día se vinieron a la tierra y ahí si le contó todo a la madre de que vivía con una samura. (De allí se trajo el baile típico de los Sálibas, es decir el bututo, que es una música de respeto, no se baila en cualquier época o momento. Cualquier persona no puede ejecutar este instrumento porque significa un agüero negativo)

Enseñanza: Cuando un hombre anda en lugar solo, no debe pensar, ni desear a una mujer porque le puede salir un espíritu personificado que lo trastornará y lo hará salir de la realidad.

Autor (es)

Narraciones del Pueblo Sáliba

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