Leyendas
Una mujer familiar de Rafael Quiteve, un día se fue a bañar teniendo la menstruación estando allí le salió un guio. Cuenta Dolores Joropa que siempre que iban a la fiesta de la candelaria la veía que tenia la barriga grande, esa mujer le pidió al bebe Juan Carlos Quiteve pero Dolores le dijo que ella ya iba a tener niño entonces le respondió que ese feto no era gente, ‘’es un animal, un guio’’.
Mientras estaba embarazada ya pasado el tiempo de dar a luz el pequeño salía y mamaba teta todas las noches, un día esa mujer le contó a la mamá esto, entonces la abuela dijo que le iban a poner una tinaja. Al salir el guio se fue enrollando dentro de esta. Después él buscaba a la mamá para volver a meterse pero no pudo y se fue al agua.
Siempre el padre del guio iba a visitarla, se convertía en hombre pero esto lo hacia de noche. El pequeño guio se fue para Venezuela y por allá dijo que para poder salvarse tenían que tirarlo en la frente y así fue se convirtió en un muchacho pero de este disparo quedo tuerto.
La madre del muchacho se fue enflacando hasta que pegó un chubasco y se la llevó. En el lugar donde murió se formó una laguna. Esta queda de Piñalito para abajo. El agua es clarita pero allí no puede llegar gente. El muchacho está en Venezuela.
Antiguamente un matrimonio Sáliba se fue a mariscar al caño de Guanapalo, en Macucuana Orocué. Al llegar a la orilla hicieron una ranchería, él se fue a pescar. Después de unos días la mujer se fue a lavar teniendo la menstruación, estaba lavando y de repente vio que se formó un tiempo, una nube negrita de abajo y ella lavaba rápido.
Recogió, subió corriendo hacia afuera. Cuando subió encima del barranco vio una serpiente grandota atravesada por toda esa costa, que ella se asustó demasiado que no hallaba por donde pasar, y corrió de lado a lado buscando la parte más delgada para pasar. Brincó por encima de la cola que estaba mas delgada y sintió algo que se le pegó en la corva, era como una baba. Quiso despegarlo con un palito pero no pudo, siendo esto el espermatozoide del espíritu.
De esto quedó la mujer embarazada. Regresaron a donde vivían. La barriga le iba creciendo, pasado el año y no daba a luz. La serpiente al estar ya grande sólo sacaba la cabeza de la vagina de la mujer. Un día la mujer se antojó de comer Cutacuta; el hijo de pregunto: “¿verdad mami quiere comer?” “¡Si!” “Vamos, yo le tumbo”. Al llegar se sentó la mujer y se subió la serpiente. Ese espíritu al salir se extendió por todo el palo, pero la cola no la sacaba de donde la mamá. “¡Allá va una pepa mami!”. Y así, contestando en idioma: “Joo, ¡otra mami!”; Hizo un hueco con un palito en forma de embudo y empezó a escupir en él, diciendo cada vez que escupía que contestara Joo, al llenarlo se sacó la cola de la vagina y la metió en el hueco.
La saliva le contestaba a la serpiente. La mujer se fue a escondidas a la casa donde la familia y la escondieron subiéndola a una troja tapándola bien con esteras. Cuando se secó la saliva se dio cuenta el espíritu que no era la madre la que le contestaba, yéndose detrás de ella preguntó a los tíos por la mamá; afirmando ellos que no había llegado, él dijo: “no mientan que ustedes la tienen escondida, bueno como no me quieren contar aunque yo sé que mi mama está aquí, corten dos polinos, varas y travesaños, hagan una troja para que me lleven adonde mi familia, entre cuatro me llevan’”. Al terminar la troja le avisaron al sobrino, este enchispándose, enrollándose y formándose un montón de culebra encima de la troja se lo llevaron entre los cuatro tíos para la laguna que todavía existe en Macucuana. Cuando ya iban cerca comenzó a burbujear la laguna como si estuviera hirviendo. Todo se movía. La serpiente decía: “están alegres mis abuelos, mi familia, no se asusten porque me van a recibir”.
Los tíos querían dejarlo en la orilla pero él dijo que más para adentro. Se zumbaron, el agua ya les llegaba a la rodilla y esa laguna que echaba espuma y los tíos asustados le preguntaban: “¿ya los dejamos aquí?, ¡no! Mas para adentro”. El agua les llegaba a la cintura y le dijeron “¿aquí lo dejamos?”. Pero el espíritu decía: “más pa’ lante”, y esa agua cada vez más hervía. Cuando el agua les llegó en el pecho les dijo: “déjenme aquí y lo bajaron perdiéndose en la laguna”. Los tíos salieron yéndose a la casa. Después la madre se enfermó, se murió y la enterraron. Al otro día fueron a ver el hoyo donde la habían sepultado, pero no había nada, solo el hueco. El túnel hacia abajo, se había llevado a la madre por debajo de la tierra.
Enseñanza: Durante la menstruación la mujer no debe salir de la casa. Debe cuidarse y atender a las recomendaciones de sus padres. Además de lo anterior en la parte practica les genera incomodidades a la mujer.
Habían dos jóvenes que eran muy mujeriegos y les gustaba mucho una muchacha, hija de un medico tradicional ‘’saikwa’’. Un joven era araguato y otro era temblador. Cuando ellos calculaban que el padre de la china ya no estaba se iban y la encontraban solita, y pasaban todo el día recochando, jugando y hablando con ella. Los mandaba que se fueran cuando ya era tarde y calculaba que iba a llegar el papá, y les decía: “si los encuentra aquí, mi papá los mata, por eso es mejor que se larguen”.
Se dijeron: “nosotros si somos bien pendejos, ella nos dice que nos vayamos y le hacemos caso”. Entonces dijo el araguato: “yo si soy hombre, yo no me dejo”. Ya era tarde y el padre de la muchacha venía llegando, y el padre de la muchacha le soltó el primer disparo chamuscándolo todo, el mono lo que pudo agarrarse fue sino la gueba, por eso el araguato tiene las guebas blancas, porque fue lo único que se protegió.
Al otro día dijo el temblador dijo: “yo si soy el hombre, a mi si no me corre, usted es un pendejo. Ya por la tardecita venía el viejo y le soltó ese rafagaso, rápido el temblador sopló tumbándolo de nalgas con el corrientaso que le dio. El temblador se ganó la muchacha.
Había un matrimonio Sáliba que el hombre todas las veces que la esposa daba a luz salía a mariscar. La madre lo aconsejaba que cuando tuviera niño recién nacido no saliera a esta actividad, porque él bebe llora toda la noche y se quiebra por el pecho hasta morir, ya que los faunodus lo flechan.
Él ese día no tenía nada de carne y salió a mariscar llevando un perrito y las pullas yéndose a coger cachicamo, encontrando uno en la sabana y este se encuevo. El hombre escarbo y escarbo pero de tanto escarbar el cachicamo se lo llevó para debajo de la tierra donde había otra sabana. La familia lo buscó y encontraron solo el perrito que quedó junto al arco y las flechas a la orilla del hueco. Entonces ellos rezaron oraciones y a los cuatro días salió por la tardecita. Cuando llegó a la casa, la mujer le preguntó que para dónde andaba, y él dijo que un cachicamo se lo llevó y estuvo donde esa gente que no tiene culo. Ellos al verlo ensuciar le pidieron que le hiciera culo y el rezó la punta de un arco, rotándole donde tenía bien licito.
“Mamá, usted verdad que me aconsejaba mucho, ahora yo no puedo estar con ustedes, me voy porque no puedo comer comida hecha por ustedes. Si como me muero, ella puede conseguir otro marido cuando crezca el niño, ayúdenle a ella”. “Hijo, yo te aconsejé mucho y te enseñamos rezos para salir a mariscar pero usted no aprendió”.
“Cuando yo estaba ensuciando, una cachicamita se me acercó y le pegué en la cabeza, matándola, pero ésta tenía dueño”. Por la tarde estaba llamándola ¡Ducunai! ¡Ducunai!. Entonces mi mujer cachicama me pregunto: “¿usted será que mató esa cachicama?”; llevándola donde estaba ya morada comenzó a rezarla hasta revivir. Al revivir se fue a donde el dueño media borracha y este preguntó: “¿a usted que le pasó?”. Respondió “Yo no sé qué será que me pasó, me quedé dormida”. Eso le dijo a la madre desapareciendo de nuevo.
El hombre aprendió el rezo del cachicamo y vino a enseñarlo a esta tierra, por eso es que cuando alguien se priva pueden volver a revivirlo.
Enseñanza: Hay que estar pendiente porque muchos de esos rezos son enseñados durante el sueño por sabedores que han partido de este mundo. No podemos ser tan incrédulos.
Se recomienda que cuando el niño esta recién nacido el marido no debe salir de la casa para estar al cuidado tanto de la esposa como del recién nacido, y debe prever antes lo que va necesitar.
Había un matrimonio Sáliba, era una pareja que vivieron desde muy jóvenes. Un día el hombre al salir a cazar se llevó la esposa al monte. Al llegar allí a la mujer le dio ganas de orinar comentándole al marido, él le dijo; “vaya allá detrás de aquel tronco seco y grueso”. Mientras orinaba vio una rosquilla grande de unos 20cm, anillada, de color vino tinto, colgada de un coroto del palo.
La mujer se asustó, parándose sin terminar se fue a donde estaba el marido con ese pensamiento, ya que tenía la menstruación, pero no le comentó a su marido que había visto la rosquilla, y desde ese momento quedó embarazada. La barriga le empezó a crecer y ellos pensaban que era su primer hijo. Pasaron los meses hasta que cumplió los nueve y esperaban que diera a luz. Cada día la barriga le crecía más y más.
El hombre le preguntó a los amigos; “ustedes que ya tienen experiencia con sus esposas, por qué yo cuando tengo relación sexual con mi esposa siento bichos que me chupan la punta del pene, como que me lo muerden”. Ellos dijeron: “eso no es normal, así no es”.
Las rosquillas ya se notaban por la forma en su barriga y porque le habían comido lo que era por dentro la carne de la barriga. El hombre al darse cuenta de esto la convidó a cortar cucurita, y al salir casi no podía caminar. Al entrar al monte había una mata de cucurita con un racimo madurito, él dijo: “yo me subo. Usted quédese aquí para que agarre el racimo de cucurita cuando lo troce”, y la mujer aceptó. Al caer la cucurita espichó la su barriga de la mujer, ya que pesaba más que ella.
En ese momento salieron las rosquillas. Eran muchísimas y se dispersaron alrededor. Él estaba arriba divisando a la esposa cómo le salían más de la barriga, algunas subieron en la palma de cucurita por qué sabían que el hombre estaba arriba y le decían “baba’chi baba’chi”, sin esperar más se lanzó y se fue corriendo hacía la casa, para evitar que lo siguieran persiguiendo, y quemó la sabana. Al llegar a la casa los suegros y cuñados le preguntaron: ¿Dónde está nuestra hija?, ¿Qué le pasó a ella? Él les dijo: “¡si ustedes supieran lo que le sucedió. Cosa que jamás se ha visto!”. Y les contó lo que había sucedido.
Ellos no creyeron pues pensaron que la había matado. Se pusieron bravos, y el papá se puso a sacarle filo para matar al nuero. Se fueron a mirar donde estaba. Cuando iban llegando le salen todas esas rosquillas al encuentro de los abuelos y tíos, de lejos la vieron con todos esos animalitos arriba que la tenían cubierta.
Se devolvieron corriendo y las rosquillas que lo iban persiguiendo por el camino cada una, se iba convirtiendo en un árbol de saladillo blanco hasta terminarse todas esas que habían nacido en el vientre de la mujer. De allí salieron estas arboles.
Enseñanza: Esta leyenda es una invitación para que cuando las mujeres tengan el periodo se cuiden al hacer las actividades domésticas ordinarias, o en caso de salir que lo haga con un conjuro que la proteja.
Hace tiempo la gente antigua que existieron no sabían hacer casa, no hallaban como formarla, vivían solamente debajo de los arboles porque era nuevo el mundo. Un día una gaviota aterrizó en un árbol cerca de ellos, la gaviota colgó las alas hacia abajo haciendo la figura de la casa.
La gente se dijeron esta gaviota nos está indicando así como hacer las casas, dijeron las Sálibas antiguos.
Enseñanza: De los animales, su estructura, modo de vida y su desempeño el hombre aprende y crea nuevos inventos.
Anteriormente un médico agarró un rayo por medio de su sabiduría (con un conjuro). Un día estaba bravo y el médico dijo: “voy a agarrar ese rayo”. Cuando relampagueó el médico tradicional hizo el rezo, sopló e hizo el gesto con el brazo en ademán de agarrar y le trozó el cordel, entonces cayó al suelo y quedó sentado en el patio el abuelito cabeza rojita. Después de mucho rato la abuela le soltó un cordel desde arriba para que volviera a subir al cielo.
Enseñanza: Es importante valorar la sabiduría ancestral de los mayores. De ahí la importancia de recuperar su saber que hoy nos puede dar nuevas luces. Valoremos, respetemos y consultemos a nuestros mayores sabedores.
Hace mucho tiempo unos Sálibas que existieron, eran médicos tradicionales que bailaban sorbiendo yopo y tenían mucha sabiduría. Además eran astrólogos y proféticos. Un día el médico llegó de mariscar y con hambre, y fue donde la hermana la mezquina que le regalara casabe pues tenía bastante, pero ella no le dio nada. El saikwa y los demás familiares se pusieron a bailar hasta que el piso de la casa se hundió como un metro. Tenían una muchacha que estaba en pubertad, la tenían acostada. Ellos la bajaron para que flechara hacia el cielo. Le dieron puya y ella empezó flechar hasta que en el último intento la puya pegó al cielo y en la parte intima de la mujer algo le sonó raro, lo cual significaba que había pegado al cielo. Luego ella continuó flechando en el culito de la otra hasta hacer una escalera.
Cómo los médicos Sálibas eran tan poderosos llamaron a los comejenes termitas que comen palo. Los comejenes trabajaron toda la noche y al amanecer había mucho aserrín, pues habían pegado las flechas de la tierra al cielo quedando una escalera.
La gente subió al cielo y la mezquina no estaba en ese momento. Al llegar vieron un caño con una agua bien clarita, parecía cristalina. Ahí acamparon y recogieron hojas de un palo que la corteza se descascara como la canela, se llama “con lo que se bañaron los que fueron al cielo’’.
En ese rio de agua de vida el medico les dijo que se bañaran porque iban a entrar a otro planeta, todos con la hoja del árbol, ya que no se podían zumbar al caño; allí había una serpiente de siete cabezas grande, el que se iba bañando se sentaba encima de ella ‘’yalibali’’.
La mezquina cuando fue a visitarlos vio que no había nadie, entonces se fue detrás de ellos, pero al llegar al caño para bañase rápido se zumbó y se murió. Por eso en el mes de junio cuando hay aguaceros blancos que a veces se levanta unos nubarrones del oriente se ve una nube con figura de una persona colgada, esa es la mujer que era mezquina, está pagando por no servirle a la familia.
Continuaron caminando hasta llegar donde vivía el da´de rayo, ahí también acamparon cerca de él porque no podían pasar. El médico les dijo: “tenemos que demorarnos unos días hasta que yo prepare y arregle con yojo da’de”. El rayo no permanecía en la casa solo, lo acompañaba la hija, una muchacha muy bonita. El medico salió del campamento convertido en un lagartijito, subió por la pared hasta donde tenía la escopeta el rayo, pero cuando se pegaba del arma relampagueaba, le decía el abuelo a la hija: “¿Quién llegó?, o, ¿Qué pasa?”. Ella contestaba: “nada papá, sólo un lagartijo que está encima de su arma”.
El lagartijo subía a ver todos los detalles de la escopeta para hacer una idéntica en madera. Se iba al campamento y lo que se acordaba labraba. Cuando se le olvidaba iba de nuevo a fijarse, para ver que le faltaba y relampagueaba de nuevo, es el mismo lagartijo. Iba la muchacha a cogerlo y salía corriendo el animalito, hasta que por fin se copió todo como era la escopeta.
Llev-o el arma que el fabricó. En ese momento la muchacha estaba adentro. Entró calladito cambiando la escopeta. Ese día les dijo al pueblo: “ya vamos a salir, ya hice lo que había pensado”, esa multitud de gente al asomarse les dijo: “el da’de, esperen que los voy a saludar”. Fue y buscó la escopeta, le disparó pero no le reventaba, entonces regañó a su hija diciéndole: “hija, ¿usted que le hizo a la escopeta, por qué no revienta?’’. Cuando el médico vio al da’de rayo que no les hizo nada, le dijo: “ahora nosotros la vamos a saludar”. Saco la escopeta y de un solo disparo –pummm-, de el abuelo quedó sino las boronas. La muchacha protestó llorando: “ustedes vinieron sino a hacerme daño, a matar a mi papá”. El medico la consoló: “no se preocupe, solo los estamos saludando su papá va a volver a vivir’’. Y con la sabiduría y su poder hizo un montón de hormigas chiquiticas, de esas que le gusta la carne y estan trabajaron rápido hasta amontonar todo las boronas de carne formando una persona, los dedos, la pierna, el pelo se lo pusieron en la cabeza, etc. Al terminar de formar las hormigas, el saikwa sopló al muñeco en la cabeza, entonces el abuelo se movió y se sentó y suspiro largo y hondo diciendo: “nietos sigan’’. De esto se le quitó al hombre todo lo que era malo. Bravo ahí si los saludo uno por uno dándole la mano y dándoles la bienvenida. Les preguntó que para donde se dirigirán, y les señaló el camino que debían seguir derecho.
Por eso el abuelo rayo no mata demasiada gente si no ya nos hubiese acabado a todos.
Enseñanza: esta enseñanza se refiere a los tres mudos: el primero es el malo, de los impíos y de los inserviciales, el segundo los indecisos, el tercero los bondadoso, los serviciales, los que se cuidan de la maldad, por eso no es bueno ser mezquino ni malgeniado, ni confiado, es mejor ser solidario, de buen genio y a la vez ser previsivo. La mezquina quedo en el primer mundo.
Eso era cuando todos los animales hablaban, el sapo hablaba, el samuro hablaba, el carraco hablaba, etc. En ese tiempo hubo una fiesta en el cielo, donde los samuros, y mandaron a uno que hizo la invitación a los demás animales. Todos los animales estaban listos para subir al cielo, pero el sapo era el único que no tenia en que irse. Además, él era el maraquero, los otros ejecutaban diferentes instrumentos como la bandola, la guitarra, etc., que era el carraco, el samuro, y otros animales, que tenían alas y podían desplazarse. El sapo preocupado para ir a la fiesta pensando como subir, se dijo: “me voy a meter en la guitarra a mi compañero”. Subieron y al comenzar la fiesta dijeron “¡falta el maraquero!”, y desde dentro de la guitarra respondió el sapo: “aquí estoy”, y salió con sus maracas.
Se prendió la fiesta donde los samuros. Todos estaban celebrando. Al llegar la media noche se formó una pelea en la que al sapo le dieron una patada mandándolo al suelo de la tierra. Mientras iba en el aire decía: “si no me muero jamás vuelvo a fiesta al cielo”. Desde lejos vio algo redondo y blanco y pensó: “Oh una laguna!, que bueno, voy a caer entre el agua’’, pero cuando chocó quedó apachurrado porque era una piedra. Por eso el sapo es plancheto, porque al caer del cielo se aplastó el cuerpo.
Además, cuando cayó desafortunadamente fue sobre un espinero. Las muchachas le preguntaron que por qué estaba así tan aruñado, y el les dijo que las muchachas de la fiesta lo jalaban de un lado para otro y por eso estaba así tan aruñado.
Enseñanza: Debemos ser siempre humildes y sencillos, no ser alabanciosos ni creernos más o mejores que los demás.
Era una muchacha que no hacía caso. La mamá le dijo que no se bajara del chinchorro que estaba en lo alto porque tenía su primera menstruación. La madre se fue a sacar yuca para hacer casabe y darle pescado rezado pero ella no hizo caso y se fue al caño acostándose en el puente y observando un pescadito llamado coli rojo, y le dijo: “¿uhy tan bonito!’’. Llegaron los familiares de la muchacha a la casa pero no había nadie, saluEdaron, preguntaron para donde se fueron la gente y el Pabón que estaba asado contestó: ‘’yo no los vi para donde se fueron porque tengo los ojos ahumados, pero yo los escuché que por aquí pasaron hablando’’. La muchacha escupió en el caño, el pescadito recogió esa saliva y se la comió. Ella se fue a acostarse otra vez.
Después comenzó a llover y todo se inundó y de un rato a otro el nivel del río subió y llegaron toda clase de pescados a bajarla. Como ya tenía Pabón asando para rezarlo le preguntaron: “¿dónde está la muchacha?”. Le respondió el Pabón: “allá en lo alto yo la escucho. No la miré bien porque tengo los ojos ahumados’’. Los pescados celebrando hacían música, el carrizo tocaba maraca junto con el paletón que tocaba carrizo (flauta), por eso se le desgastó la parte de abajo de la cabeza. Tocaban tambores y otras clases de instrumentos debajo de la casa.
Mandaron al valentón que la bajara, pero este por lo pesado no alcanzó a brincar alto. Mandaron el amarillo igual, la payara brinco alto pero quedo colgada de los dientes, el agujón brinco pero paso por encima y así todos los pescados hicieron el ensayo de bajarla pero no pudieron quedaba el colirojo, brinco y le cayó en el pecho de la muchacha y bajándola se la llevaron los pescados, que cantaban y bailaban celebrando, por eso en cada agosto sube en su ribazón que es de puras sardinas (macachula jĩã yomo). Después que esto sucedió las otras muchachas ahí sí cogieron miedo.
Pasado un año la trajeron donde la familia y les dijo: ‘’mamá ustedes que me aconsejaron, ahora yo vivo en el rio en Venezuela por los lados de Palomo’’. Dicen que ven a una muchacha que se sienta en una piedra pero allá no puede llegar cualquier persona, solo los médicos tradicionales, porque la persona que vaya se desaparece cuando se levanta un chubasco.
Enseñanza: Las hijas deben ser siempre obedientes a sus padres, especialmente cuando están en ese periodo mestrual.
Como la saliva es un fluido que hace parte de nosotros no es bueno ni de buen comportamiento estar escupiendo por todos lados, sobre todo en rio o agua porque los espíritus del rio lo flechan y puede que le duela los dientes (muela) o le produce cualquier otra enfermedad.
Era un muchacho que vio una samura que estaba subida en un árbol y le dijo: ‘’si usted fuera una mujer yo me hubiera casado contigo’’. En la tarde el muchacho se fue a bañar al caño, y ya lo estaba esperando una muchacha negrita, bien delgadita, bonita ella, y le dijo al muchacho: “usted por lo que le dijo a la samura, por eso yo estoy aquí para casarme contigo’’. El muchacho la recibió, fue donde la mamá a contarle, que se había encontrado una muchacha que dijo que venía de lejos, del lado de abajo. El hombre se casó, paró casa, tumbó y sembró conuco.
Un día la mujer lo convidó a agarrar pescado para donde la familia que iban a chinchorrear, y se fueron a coger pescado, pero se decía entre si ‘’yo no había visto aquí esta laguna, solo había visto una vaca muerta con gusanos y estaba picha’’; era que los animales la habían transformado en pescado. Al llegar habían cantidades de mujeres negritas, todas parecidas. Llegó la mujer de él y se metió en el burdel y se perdió. El no se puso a agarrar pescado sino que quedó envilecido buscando para donde se le había ido la mujer. Esos hombres y mujeres negritas agarraban pescado en cantidad. Al terminar los otras muchachas se burlaban de él y le decían: “se perdió de su mujer porque todas somos parecidas’’. Cuando volvió a ver su mujer a ésta le dio risa con él, y le dijo: “listo vámonos”. Se fueron, pero el muchacho sospechaba algo. Miraba hacia atrás y las otras mujeres permanecían todavía en el lugar. Cuando tantico se había adelantado, volvió la mirada y sólo habían samuros que se iban volando.
Al llegar a la casa de la mamá le dijo que había visto mucha gente negrita y le pregunto que ¿de donde será esa gente?. Seguidamente le dio pescado a la madre, a lo que ella respondió: “¡yo no se!”. De pronto sean pura gente negra y así… Un día la muchacha le dijo al muchacho: “mi familia van a hacer fiesta, ¿usted va ir?”. Se fueron, pero la fiesta no era en esta tierra, era en el mundo de los samuros. Entonces los samuros le hicieron alas y lo prepararon hasta que el muchacho pudo volar y se fue con ellos. Al llegar allá se transformaron en personas otra vez.
Ellos tenían guarapo fermentado en un pozuelo, y le dijeron al muchacho: “reparta usted el guarapo”, lo mando el suegro, pero no baya a raspar el fondo del pozuelo sino solamente por encimita. El muchacho estaba malicioso a la segunda vez. Se metió y levantó para ver que era, y resultó ser “un pie con una pierna de un hombre muerto’’. El repartió esa última ronda y se hizo el borracho y afirmo: “no quiero tomar más porque me emborrache’’. Empezó a vomitar no de la borrachera sino por lo que vio.
El suegro le decía: “usted será que raspo el pozuelo, por eso no quiere tomar mas’’. “No, no, ya me emborraché”. Al otro día se vinieron a la tierra y ahí si le contó todo a la madre de que vivía con una samura. (De allí se trajo el baile típico de los Sálibas, es decir el bututo, que es una música de respeto, no se baila en cualquier época o momento. Cualquier persona no puede ejecutar este instrumento porque significa un agüero negativo)
Enseñanza: Cuando un hombre anda en lugar solo, no debe pensar, ni desear a una mujer porque le puede salir un espíritu personificado que lo trastornará y lo hará salir de la realidad.
Una mujer se fue a arrancar yuca para hacer casabe teniendo el periodo. Cuando estaba arrancando yuca le salió un hombre blanco, blanquito este empezó a enamorarla hasta que se la cuadró, pero la mujer tenía marido.
Se fue para la casa. Allá en un rincón permanecía, el marido siempre que iba a arrancar yuca la dejaba en ese lugar, pero debajo del cuerito había un huequito donde viva la Tatacoa. Al regar la yuca se sentaba donde estaba el cuerito bien acomodada en ese huequito, ella casi siempre andaba sin guayuca para que al sentarse a raspar la yuca la Tatacoa tuviera relación sexual con ella.
La mujer vivía con los dos maridos en la casa, pero el propio hombre casi no paraba en la casa porque se la pasaba mariscando. La gente la miraba que siempre regaba la yuca en ese rinconcito, cuando la familia llegaban a pasear la observaban que solo ahí se sentaba, entonces le contaron al esposo preguntándole: “¿por qué siempre ese lugar era el que ocupaba ella para regar la yuca?”. El marido se puso al corte. Un día fue la mujer a arrancar yuca, él se subió en una troja a ponerle cuidado y vio cuando la tatacóa salía de ese huequito. De nuevo fue la mujer a arrancar yuca, porque eso si le gustaba. Estando la mujer por allá el hombre llegó y le hizo bullita a la tatacóa, donde estaba el cuero. Al salir la Tatacóa él la agarro y la mató. Luego la puso a cocinar en un yare, es decir hizo la comida con este animal porque estaba bravo.
Al llegar la esposa regó la yuca pero no se sentó porque estaba el marido, él le dijo que arrimara a comer. Él le sirvió y le dijo que antes había matado un mato y le dejé la mera cola. La mujer pregunto que si ya había comido, el respondió que si, pero realmente no había comido. Ella se sentó a disfrutar de ese plato de yare, pero eso parecía pescado. Al terminar de comer él hombre de la rabia no se aguantó y le preguntó ¿cómo estaba la comida?, y le dijo que ese era su marido que se comió. Desde ese momento ella comenzó a vomitar, y al saber que el otro marido que se había comido le dio una punzada en el corazón, siguió vomitando hasta que se murió la mujer.
ENSEÑANZA: La mujer durante la menstruación debe guardar dieta, respetar la tradición y obedecer a los mayores. Además, también las mujeres deben ser fieles a su marido.
Hubo un diluvio en la tierra que se prendió la tierra y el araguato se subió en un árbol supremamente alto para no quemarse, pero solo pudo protegerse las guebas con las manos. Las llamas casi le llegaban, el humo lo ahogaba pero el araguato aguantó el calor de la candela. Cuando paso la candela, que se bajó, miró que era negrito, por la humarada, por eso el araguato tiene el cuerpo negro y las guebas no.
Esto fue el la creación que se estaban arreglando todos los animales poniéndose nombre, etc., el morrocoy y la matamata dijeron que se iban a hacer las pintas, empezó la matamata haciéndole bien bonitos los cuadritos, las pinticas. Luego el morrocoy a la matamata solo le mallugo (machuco) la concha, dejándola bien fea porque tenia mucha pereza de diseñársela bien bonita, ya termine pero no le gusto a la matamata porque su concha estaba muy mal hecha.
Había un hombre que le gustaba cazar todos los días se iba a un caño pero un día como siempre se subió en un árbol a vigiar Galápagos, pescado, tortuga, etc., lo que viera. Cuando volvió la mirada vio una tortuga grande pero se le notaba como como pelo o lana, era raro. Quedo en posición de disparar la flecha porque no fue capaz, estaba asustado, se preguntó ¿Qué será que me ha pasar? Cuando volvió a ver hacia lado de arriba una persona venia remando en una balsa con un puyon (flecha grande) él lo observaba como se acercaba al pasar al pasar el bicho por debajo vio la sombra del muchacho, la miraba, la agarraba pero no agarraba nada cuando metía la mano.
Ya había pasado así toda la tarde se le iba oscurecer, él cansado yo, escupió cayendo la saliva al agua, el animal la agarró rápido estaba afanado, lo volvió a escupir cayéndole la saliva voltio y miro al muchacho en lo alto y le dijo ‘’usted es el que yo ando buscando todos los días, usted es el que esta acabando con todos mis animales’’ fue al tronco del palo o sacudió y cayo el muchacho a la balsa, le metía el chuzo por las narices, la boca, entre mas lo chuceaba por diferentes partes del cuerpo, hasta que el muchacho se hizo el muerto pero el animal se recostaba a escuchar si estaba respirando, pero no.
Se devolvió, mientras el animal iba remando se iba componiendo a la orilla de la balsa para dar un bote, iba en esa forma, ya estaban cerca del pueblo cuando el animal pego tres gritos avisando que llevaba la cacería como había advertido, respondieron la gente viene nuestro amo con la cacería, desde ese momento se empezó a escuchar la cabeza pa’ mi, la oreja pa’ mi, todas la partes del cuerpo la pedían, él se dijo ahora si me van a comer estos animales, estos no son gente.